El Cerro los Carneros.

Este es uno de los muchos montes que hay en el Camarate y que según me contaron debe su nombre a la siguiente historia protagonizada por Juanón.

Este era un personaje muy curioso que se dejaba ver en la sierra hace ya muchos, muchos años. Para la mayoría de los habitantes era un ser fantástico, poco real, pero para otros muchos sí fue muy real, tanto que en más de una ocasión les ayudó en su vida diaria o con algún problema inesperado.

A Juanón se le consideraba protector de rebaños, pastores y de la montaña en general. Tenía una altura superior a dos metros, espaldas amplias, piernas musculosas, brazos fuertes, larga barba y una negra melena que le caía sobre sus hombros. Vestía siempre con pieles o con ropa hecha de lana gruesa. Era muy tímido, no buscaba el trato ni la amistad de los pastores, pero si era necesario los ayudaba siempre que podía.

Los pastores de aquella época contaban que este ser aparecía cuando creía oportuno y casi siempre en "El Cerro los Carneros" o alrededores. Decían incluso, que el cerro tiene ese nombre precisamente por Juanón, porque cuando aún había muflones en la sierra (especie de carneros salvajes, fuertes y con enormes cuernos vueltos hacia atrás) en más de una ocasión al amanecer o al oscurecer habían visto a Juanón rodeado por aquellos animales, que como vigía en su atalaya, comprobaba que todo estaba tranquilo.

También explicaban que en más de una ocasión si creía que los lobos intentaban atacar a algún rebaño, avisaba a los pastores dando gritos, tirando piedras e incluso llamando a las puertas de las chozas para que estos pudiesen defenderse del ataque. Y si los pastores con sus perros no conseguían repelerlos, se interponía entre estos y el rebaño impidiendo así que matasen a cabras y ovejas.

Los pastores llevaban en agradecimiento  hogazas de pan y alguno de sus quesos a la zona del cerro en la que él aparecía al atardecer. Juanón cogía los presentes y después con un pito (flauta pequeña de caña) interpretaba una sencilla melodía. Era su forma de darles las gracias.

Cuando los muflones desaparecieron de la sierra también desapareció Juanón, y hace ya más de cien años que nadie ha vuelto a verlo. Pero aún hoy hay quien lo recuerda cuando nombran el Cerro los Carneros.


Trigo por Oro.

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