El Peñón de la Encantá

Muy cerca de Lugros casi, casi, tocando el río, pero en el término municipal de Polícar puede verse un enorme peñón con su parte delantera plana formando una vertical casi perfecta y de una altura considerable, (más de veinte metros)Pero lo más llamativo de todo no es su altura, la forma o el lugar en que se encuentra, sino su nombre: "El Peñón de la Encantá", pero ¿Por qué ese nombre? Las respuestas varían un poco unas de otras, pero en conjunto, todas coinciden en lo esencial.

Una de esas respuestas es la siguiente: Hace ya mucho tiempo, vivía en en el pueblo un jornalero joven y guapo que tenía un pequeño huerto frente al peñón, en la parte que pertenece a Lugros (En otros relatos es un pastor. Hay que recordar que el río separa los términos municipales de Lugros y Polícar). Las tierras del otro lado del río eran propiedad de un señorito que vivía en la capital y que tan solo venía por Polícar para cobrar las rentas de sus tierras o cuando quería disfrutar de unas pequeñas vacaciones.

Este señorito tenía una hija joven, guapa, con una larga cabellera rubia que le caía por su lindo talle y que a diferencia de las chicas de su época, le gustaba recorrer a caballo las tierras de su padre (normalmente acompañada por un criado), para disfrutar de la naturaleza y del paisaje.

Un día de primavera en el que casualmente la joven cabalgaba sola, quiso el azar que ambos jóvenes bajasen a la par al río y que se viesen por primera vez. Se saludaron mutuamente, se presentaron y en ese preciso instante en el pecho de cada uno de ellos nació el irresistible deseo de estar muy cerca el uno del otro. Sin pensarlo un momento el chico cruzó el río, le cogió una mano y la besó tímidamente, ella no le rechazó y respondió con otro beso más largo que los unió para siempre. Después se sentaron con las espaldas apoyadas en el peñón y se pusieron a conversar tan animada e íntimamente que sin darse cuenta pasaron varias horas.

Al apercibirse de ello, la joven dijo que tenía que marcharse inmediatamente antes de que su padre enviase los criados a buscarla. Pero no lo hizo sin antes darle un largo beso de despedida y citarse el día siguiente a la misma hora. Estas citas se repitieron de forma continuada y en secreto durante algún tiempo con el previsible final, ambos estaban profundamente enamorados y tan ilusionados que comenzaron a hacer planes para el futuro y por supuesto en ellos aparecía una boda.

Pero la realidad siempre nos pone los pies en la tierra y ellos se la encontraron al tener que informar al padre de la chica de sus planes. Cuando éste tuvo conocimiento de lo que ocurría, se opuso rotundamente no sólo a la boda, sino que prohibió a su hija que volviese a ver a aquel labriego, no pertenecía a su clase social y le esperaba un futuro bastante pobre. Los planes del padre para con su hija eran muy diferentes. Ya había preparado (concertado) un matrimonio de conveniencia con un rico heredero de la capital que le permitiría aumentar sus negocios y riquezas (El que este joven fuese totalmente desconocido para su hija carecía de importancia para él).

Ante tales perspectivas la joven se negó a obedecer los deseos de su padre y pensó en huir muy lejos con su joven enamorado. Pero esta opción era del todo imposible, su padre había ordenado a los criados que la vigilasen permanentemente, que la acompañaran en sus salidas de casa, y por supuesto quedaba prohibido salir con el caballo al campo. Pensando y pensando en cómo resolver su problema, un día llegó a sus oídos el rumor de que en un pueblo cercano, vivía una anciana que preparaba unas pócimas que solucionaban este tipo de problemas. Sin pensárselo dos veces ni escuchar a quiénes le avisaban de que aquello podía ser peligroso viajó hasta aquel pueblo, se entrevistó con la anciana y ésta, a cambio de una buena cantidad de dinero le proporcionó una botellita llena de un líquido verdoso.

Al despedirse, la anciana le dijo lo siguiente: “si quieres estar junto a tu chico para siempre tenéis que reuniros los dos en un lugar secreto y a la luz de la luna llena tomar el contenido de la botellita”. Entusiasmados con la idea de estar juntos para siempre, los enamorados se citaron una noche de luna llena al píe del peñón y juntos bebieron aquella pócima. Un instante después de hacerlo notaron que se mareaban y para no caer al suelo se dieron la mano e intentaron apoyarse en la pared de piedra. Pero para sorpresa y asombro de ambos, ésta no resistía su peso y ellos se hundían en su interior como si del agua de una piscina se tratase.

Los dos jóvenes desaparecieron para siempre, nunca más nadie supo de ellos y jamás pudieron encontrarlos. Hay quien asegura que si vas cerca del peñón en las noches de luna llena de primavera, podrás ver que la joven sale al exterior por lo que parece una puerta y a la tenue luz de la luna se peina su larga y rubia melena.
También dicen que si se mira con atención a un lugar concreto del peñón, a veces, puede apreciarse la silueta de los dos jóvenes que están y estarán abrazados para siempre. “Encantados por el hechizo de aquella bruja” que sin ninguna compasión hizo creer a aquellos inocentes que podrían vivir juntos para siempre sin antes avisarles de que sería bajo un hechizo y encerrados en un enorme y solitario peñón.

Trigo por Oro.

Otra de las historias que recuerdo hace referencia a un molino ya desaparecido hace muchos años. Se trata del molino “El Tío Bueno” ( entend...